Estos últimos 7 años el concepto de feminismo volvió a surgir con más fuerza en el territorio latino.
Las mujeres, las niñas y las disidencias volvieron a alzar su voz, para romper con las cadenas de la desigualdad, para decir basta a la violencia contra las mujeres. Pudimos ver este fenómeno, desde el 2015 con la primer marcha de “Ni una menos”, o en 2017 con el nacimiento del “me too”. Pero ha alcanzado con visibilizarnos o ¿Necesitamos algo más?
Creo que debemos replantearnos varias cosas de la vida cotidiana, tanto personal, como laboral y desde ahí vamos a comenzar hoy.
La brecha de ingresos es un concepto fundamental cuando hablamos de desigualdad de género.
A pesar de que las mujeres que acceden al mercado laboral tienen un mayor nivel de educación que los varones, tienden a tener trabajos menos calificados, o de menor jerarquía y en el trabajo informal.
La brecha de ingresos también depende de la industria que estemos hablando, por ejemplo el sector industrial, en las grandes empresas solo 1 de cada 10 posiciones jerárquicas está ocupada por mujeres, pero en el ámbito de la salud y educación las mujeres son las que más ocupan este sector, pero estos puestos son socialmente menos valorados, por ende menos remunerados.
Otro punto importante, es que las mujeres pueden trabajar menos horas que los varones, en promedio los varones trabajan 40hs semanales y las mujeres 30hs, eso tiene que ver con el tiempo que las mujeres dedican a las tareas de cuidado y del hogar.
En síntesis la brecha de ingresos es un síntoma que enfrentamos las mujeres en el acceso al mercado de trabajo y en nuestras trayectorias laborales.
Entonces ¿Qué podemos hacer frente a esta realidad?
Lo primero es reconocer el problema, según una encuesta en Argentina, el 81% de las empresas NO reconoce la brecha de ingresos y del 19% restante que sí reconoce la brecha, solo el 57% dice estar tomando acciones para minimizarla o eliminarla.
Desde la política pública, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum), destacan medidas que tomaron otros países, donde la brecha de ingresos disminuyo notablemente en los últimos años.
En chile en 2009 se sanciono una ley para resguardar el derecho a la igualdad en las remuneraciones, en Islandia se creó el “cuidado infantil universal”, para que las mujeres no tengan que elegir entre el trabajo y las tareas del hogar.
En Luxemburgo cualquier empresa con más de 15 empleados tiene que designar un “delegado de la igualdad” quien se encarga de resguardar la igualdad de género en la empresa.
Igual a pesar de todos estos avances ningún país del mundo ha logrado cerrar por completo esta brecha y según un informe del Foro Económico Mundial (World Economic Forum) las mujeres vamos a tener que esperar 200 años para ganar lo mismo que los hombres.
Bueno, pero no desesperemos… porque no todo está perdido.
Para poder cerrar esta brecha, en primer lugar necesitamos que el estado tenga un rol activo en estas temáticas, además nosotras debemos poder ofertar más horas de trabajo al mercado laboral e insertarnos en los sectores más dinámicos de la economía, para que esto suceda es necesario, que se desfamiliarize, redistribuya el trabajo de cuidados, el trabajo doméstico, y todos los trabajos no remunerados, estos implica que los varones tengan un rol más predominante en esas tareas del que tienen ahora.
Pd: Lamentablemente escribí de brecha de género en términos binarios, entre hombres y mujeres, porque no hay suficiente información como para diferenciar esta brecha según otras identidades de género.
Alexandra Ciabattari
Bibliografía:
*https://lac.unwomen.org/es/que-hacemos/empoderamiento-economico/epic/que-es-la-brecha-salarial
*https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/las_brechas_de_genero_en_la_argentina_0.pdf
*https://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2021.pdf
1 comentarios
Excelente nota, muy necesaria para que en principio se tome conciencia al respecto de esta desigualdad, que es real y medible. Gracias por tus palabras. Abrazo 💓